Leo los artículos de opinión y me parecen todos un ejercicio de ficción. No hay nada que hacer, una banda de malhechores va a destruir nuestro país, nuestro Estado, y sus habitantes están aplaudiendo con las orejas. Esos socialistas que los columnistas de ABC distinguen como si fuesen “decentes”, por ejemplo Page, dicen, con la boca pequeña, que no les gustan Puchimon ni Bildu, pero como no hay más remedio… O sea, el fin justifica los medios, el Poder por el Poder, con quien sea, en el infierno, Lucifer al mando y cualquier asesino se justifica de aliado para seguir mandando por los siglos de los siglos.
Vamos a seguir viéndole la cara al psicópata cuatro años más y eso es todo. No se me quita la sensación de asco y desesperanza que me invadió la noche del 23J y en esas sigo, es como una enfermedad. No me interesa ninguna noticia ni especulación política. Sucede como un guión cinematógrafico muy mediocre, ya sabemos el desenlace, los actores son todos muy malos y se van a interpretar a sí mismos. Resulta repugnante pero no podemos salir del cine: han bloqueado las puertas, como hacía Goethe en el teatro, en Alemania, y tenemos que contemplar la función sin límite, sin final.
A N A M E G Í A S